1/10/09

Buscan penar el ciberacoso




El ciberacoso o grooming, entendido como comportamientos engañosos de los adultos para seducir a menores en la Web, podría ser tipificado como delito si avanza en el Congreso de la Nación un proyecto presentado por diputados del Frente para la Victoria, que prevé reformar el Código Penal para establecer penas de prisión de uno a cinco años al que "falseando su identidad ejerza influencia sobre un menor de 16 años para conseguir que éste realice actos con connotación sexual, a través de Internet u otros medios electrónicos".

La pena, se estipula en la iniciativa suscripta por Miguel Angel Iturrieta y Lía Bianco (FPV-Misiones), será de dos a seis años de cárcel si, mediante la conducta descripta, se obtiene material pornográfico y éste se utiliza "para obligar al menor a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad".

La iniciativa viene a llenar un vacío legal, en momentos en que crece el riesgo de que chicos y adolescentes sean acosados online, a raíz de la explosión de las conexiones domésticas a Internet. Según el Indec, en junio pasado 3,3 millones de hogares argentinos tenían banda ancha, el triple de las conexiones que existían en 2006.

El Rol de los Padres

Pero no sólo una normativa legal es necesaria para mantener a los niños a salvo. El papel de los padres es fundamental a la hora de prevenir que los menores mantengan contacto con personas extrañas.
Los expertos recomiendan que la computadora esté en un lugar visible dentro del hogar, para que los padres puedan vigilar qué hacen sus hijos mientras navegan por Internet. Jamás deben permitir que los pequeños “chateen” a puertas cerradas o después de las 22 horas, horario en que aumenta el número de pedófilos conectados a la red. Los padres siempre deben estar al tanto de los “contactos” de sus hijos y con quienes “chatean”.
Otro consejo es evitar que los menores, al momento de crear una cuenta de correo o configurar su nick, den señales de su edad como por ejemplo combinar su nombre con el año de nacimiento.
El rol de los padres a la hora de prevenir es fundamental, pues en la mayoría de los casos los niños que se ven involucrados en grooming no lo comentan con su entorno y, debido a las amenazas, muchos terminan por acceder al envío de material de alto contenido erótico o a concretar encuentros presenciales que conllevan un abuso sexual.

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